¿LITERATURA MASACRADA? ¡NO, GRACIAS!
Actualmente la
literatura dista mucho de ser una asignatura bien tratada en el sistema
educativo español.
Los amantes de la
misma entre los cuales se encuentran no solo profesores, sino también algunos alumnos,
perciben con estupor como lo esencial de esta asignatura es “resumido”, “fusilado”,
“sintetizado” hasta la extenuación.
Esto se observa
sobretodo en 2º bachillerato curso en el cual la literatura queda relegada a
meros apuntes que rayan en lo telegráfico.
¿Cómo es posible
que autores tan imperecederos como
pueden ser Gustavo Adolfo Bécquer,
Benito Pérez Galdós o Federico Gª Lorca -por citar solo algunos- sean
estudiados y explicados en algo menos de un folio? Pareciera como si el alumno
hubiera de “vomitar” los datos de cada autor de manera autómata, robótica, con
el único propósito de aprobar un examen, como si de un rutinario y aburrido
trámite se tratara, pero eso sí lo más escuetamente posible y sin “omitir
cosas” ¿MÁS OMISONES QUE LAS QUE YA DE POR SÍ SE HACEN? ¡POR FAVOR!
¿Es que Acaso hay
que dejar que la literatura se convierta en una absurda acumulación de nombres,
fechas y periodos no relacionados unos con otros?
¿Qué pasa con la
vida de los autores y los motivos que les llevaron a escribir tan magnas obras,
así como el contexto histórico en que fueron escritas? ¿Se vive en solamente
dos o tres líneas?
Es innegable que
la literatura constituye la manifestación cultural más genuina de un país y si
esta se pierde, se “extirpa” a la nación de un legado único e imperecedero que
no ha de “cercenarse” para que quepa en un folio DIN A4.
Hay que enseñar a
los alumnos a amar la literatura, a ver en ella una vía de escape a los
abrumadores problemas que todos atravesamos.
Esto está muy
lejos de cambiar, pues en los programas de estudio la literatura tiene cada vez
menos cabida. ¿Por qué, por ejemplo, literatura universal es optativa, y se
priva al estudiante deseoso de conocimiento adentrarse más en la misma?
Al fin y al cabo
la literatura es una manera de expresar el mundo, de sentirlo, de vivirlo. En
palabras de Franz Kafka “Ésta constituye siempre una expedición a la
verdad.” Ahí radica su función “terapéutica”.
Si se desea
instruir a los ciudadanos, ¿Qué mejor herramienta que la literatura, madre de
todas las artes?
Así que hay que
decidirse a actuar pronto para que tan gran legado no se pierda con el tiempo y
ni si quiera se aluda a él en un futuro, ¿y cómo ha de hacerse esto?
Manifestándose ahora y luchando para que los “fascistas de la cultura” no
acaben con ella.